Esculturas luminosas como el champán burbujeante
Fundirse, moldearse y fusionarse con otros materiales: Regine Haunschmidt se deja inspirar por las múltiples posibilidades que ofrece PLEXIGLAS® para la creación de obras de arte fascinantes.
“Mi trabajo comienza allí donde los transformadores del plástico terminan”, comenta Regine Haunschmidt. La artista austriaca calienta PLEXIGLAS® a temperaturas tan elevadas que hace que se formen burbujas en el material, las cuales confieren al material una apariencia de champán burbujeante. “En la transformación del plástico, tales burbujas se consideran totalmente indeseables”, explica la austriaca de 52 años. “Lo normal es que un cristal acrílico se mantenga siempre lo más inmaculado posible”.
Un material inspirador

Y Haunschmidt lo sabe mejor que nadie: su primer contacto con el cristal acrílico se produjo hace más de 20 años, cuando ella era diseñadora gráfica en una empresa transformadora de plásticos. Desde entonces está fascinada con este material: “Ofrece una transparencia increíble y aporta al mismo tiempo un cierto calor y elegancia”, añade Haunschmidt. “Me dejo inspirar principalmente por las diversas posibilidades de elaboración, ya que disfruto trabajando con las manos”.
La “calentadora” de cristal acrílico
Regine Haunschmidt se describe a sí misma como una simple “calentadora” de cristal acrílico, pero ella no solo calienta el material: “Trabajo con cristal acrílico, le doy forma, lo doblo, lo proceso con láser, lo corto y lo fundo. El cristal acrílico es un material increíble. Es falso que se hayan agotado todas las posibilidades de elaboración y todas las ideas para transformarlo”.
En aquel entonces ella probaba estas posibilidades en la empresa con restos de material de PLEXIGLAS®. Calentaba las piezas hasta que estas comenzaban lentamente a derretirse y a formar burbujas. También cortaba distintas piezas, les daba forma, experimentaba con materiales fluorescentes y combinaba piezas transparentes con luz.
Un excelente conductor de la luz
“En aquel entonces constaté lo bien que se puede combinar PLEXIGLAS® con una fuente luminosa: sus propiedades de conducción de la luz hacen que los objetos cobren vida y se conviertan en el foco de atención de la sala”, destaca Haunschmidt. Esto fue una experiencia clave para la artista, que ahora trabaja por su cuenta. En la actualidad, en su taller “Azur – Arte y tecnología” ella fabrica esculturas luminosas grandes y pequeñas y, desde inicios del 2018, también unos altavoces luminiscentes de diseño propio.
La buena calidad del material, un requisito imprescindible
“Utilizo PLEXIGLAS® porque para mi trabajo necesito una materia prima de alta calidad”.
- Regine Haunschmidt
Artista plástica
En su trabajo, Haunschmidt utiliza exclusivamente PLEXIGLAS®, el excelente cristal acrílico de Röhm: “El motivo es, simplemente, que para mi trabajo necesito una materia prima de alta calidad”, explica. “Por ejemplo, el material debe ser capaz de conducir la luz a través de una escultura de dos metros de altura”.
Y también ser completamente transparente. “Algunos otros plásticos parecen transparentes en un principio, pero al iluminarlos presentan un aspecto lechoso”, comenta Haunschmidt. El PLEXIGLAS® –o, en su denominación química correcta, el polimetacrilato de metilo– es completamente incoloro en estado puro.
Trabajo manual y experiencia
¿Cómo se comporta PLEXIGLAS® ante la presencia de agua?
PLEXIGLAS® absorbe aproximadamente un 1,2 % de agua en entornos húmedos y un 2 % al quedar sumergido en el agua. Ello hace que, dependiendo del tipo de almacenamiento, una plancha de PLEXIGLAS® de 1 metro de largo se expanda aproximadamente de 1 a 2 milímetros.
Cada escultura luminosa es fruto del trabajo manual de esta artista en su taller de Altlengbach, 40 kilómetros al oeste de Viena. “En primer lugar desarrollo una idea respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Qué intensidad deben tener las burbujas? ¿Qué forma ha de tener la escultura? ¿Debe haber recortes o formas especiales?”, aclara Haunschmidt.
Un transformador da la forma adecuada a la plancha de PLEXIGLAS® con un láser. A continuación, la plancha reposa de dos a tres semanas en un baño de agua para que penetre más agua en el material. “Esto es necesario para que en el proceso de calentamiento posterior se forme un mayor número de burbujas en el material”, comenta Haunschmidt. “Es también una diferencia con respecto a la transformación tradicional del cristal acrílico: por lo general, el material se templa para evitar la formación de burbujas”.
Calentar hasta que se formen burbujas
Según la cantidad de burbujas que se deseen, la artista calienta el PLEXIGLAS® con proyectores infrarrojos durante un tiempo determinado. “Gracias a mi experiencia de los últimos 20 años, sé con bastante seguridad hasta qué punto debo derretir el material”, comenta Haunschmidt. Durante el proceso de enfriamiento, la artista da la forma deseada a las planchas sirviéndose de pesas. La finalización de una escultura luminosa completa requiere de varias horas, y no se pueden hacer pausas entre medias: “Las burbujas se obtienen solo mediante la aplicación constante de calor. Además, el material puede ser moldeado solo en caliente”. Después de enfriarse se procede a pulir y tallar la escultura.
Tecnología LED para una infinidad de colores
El resultado es un objeto completamente incoloro y repleto de burbujas. Las creaciones artísticas de la austriaca se tiñen de color gracias a la iluminación LED dispuesta en el pedestal, pudiéndose elegir teóricamente entre un total de 16 millones de colores. No obstante, el color preferido de Haunschmidt es el azul, el cual también da nombre a su taller: “Azur”. Azul como el cielo, o como el agua con la que ella transforma el PLEXIGLAS® en una obra de arte.