Ondas fluorescentes
Dietrich Förster se especializa en el arte en espacios públicos. En esta entrevista, el escultor nos explica cómo desarrolla sus ideas y qué papel desempeñan en ellas los materiales adecuados, tales como PLEXIGLAS®.
Este artista originario de Apfeldorf (un pueblo de Baviera, Alemania) trabaja en proyectos artísticos para espacios públicos desde 1990. A sus 58 años, lo que a él le estimula es crear un polo visual opuesto a las obras arquitectónicas que encaje al mismo tiempo de manera atractiva en el entorno. Al trasladar sus ideas a la práctica, Förster recurre gustosamente a diversos materiales, tales como PLEXIGLAS®.
El excelente cristal acrílico de Röhm ya le ha permitido hacer flotar folios blancos de tamaño DIN A4 en la biblioteca de la Universidad de Greifswald. En Passau, un “grano de sal luminoso” de PLEXIGLAS® situado sobre un pedestal recuerda a los transeúntes la existencia de una antigua ruta comercial de la sal. Y la “onda luminosa” del centro de desarrollo de tecnología radiológica de la Sociedad Fraunhofer IIS en la localidad bávara de Fürth representa los rayos X que allí se investigan. — los cuales en realidad son invisibles — mediante una onda fluorescente de PLEXIGLAS®.
Has llevado a cabo tus proyectos en lugares totalmente distintos. ¿Cuáles son los desafíos a los que te enfrentas al crear arte en espacios públicos?

Förster: “El arte para espacios públicos funciona a menudo en base a adjudicaciones. Por ello, el desafío consiste en estudiar en profundidad las posibilidades que ofrece el marco establecido. En el espacio público existen especificaciones estrictas a las que uno debe atenerse. Si esto no se hace, no habrá ninguna posibilidad de sacar adelante el proyecto. Por un lado está el marco presupuestario, pero también existen una serie de normas que exigen que nadie pueda resultar herido o que los niños no puedan trepar a la obra, lo cual hace que en ocasiones sea difícil respetar todos los requisitos exigidos. Además, el contexto arquitectónico y las personas que allí trabajan constituyen un marco por sí mismo. Mi método es reunir todo esto y crear algo sobre esa base”.
El artista Dietrich Förster
Nacido en Múnich en 1959, Förster estudió escultura en la Academia de Bellas Artes de Múnich. Desde 1990 se dedica al arte en espacios públicos .
Cuando Förster visita un lugar en persona, casi siempre persigue alguna idea: por ejemplo, el emplazamiento dónde se terminará erigiendo, colgando o fijando la instalación. La impresión personal es decisiva en este proceso, ya que, en ocasiones, él tiene una idea en mente, pero al viajar al lugar de la adjudicación constata que las circunstancias son totalmente distintas a las que esperaba. En una ocasión, la adjudicación hacía referencia a una “superficie de parque”, la cual, en lugar de un parque, resultó ser finalmente un aparcamiento para automóviles. En otra ocasión había un árbol viejísimo en el emplazamiento que él había elegido para integrar en su obra de arte, pero que no estaba marcado en el plano. Por otro lado, el contacto con los responsables locales es decisivo para Förster. Esa es la única forma de poder ejercer alguna influencia y de poder sugerir cambios alguna que otra vez.
¿Cómo surgió “Onda luminosa”?
De la plancha a la onda
En planchas de PLEXIGLAS® fluorescentes con un espesor de 30 mm, la empresa k-tec de Radstadt (Austria) se encargó de fresar los contornos oscilantes de la forma de onda y de pulir los bordes. Se doblaron perfiles en U de acero inoxidable que luego se hundieron en el suelo. En ellos se colocaron los elementos de PLEXIGLAS®, y las juntas se rellenaron con silicona 2K. Estos carriles están anclados en dos franjas de cimentación dispuestas transversalmente con respecto a los mismos. Lo único visible son los carriles, que se han integrado en el adoquinado de bloques de hormigón de la explanada.
Förster: “La representación a modo de capas de los objetos examinados con ondas de rayos X, tal como la observé en el centro de desarrollo de tecnología radiológica de la Sociedad Fraunhofer, influyó en mí enormemente para la creación de ‘Onda luminosa’. La analogía con una ola era evidente para mí, ya que yo entonces vivía a orillas del río Lech, en Baviera”.
¿Tenías ya en mente un material determinado cuando empezaste a desarrollar la idea?
Förster: “Cuando se me ocurre una idea, me pongo a buscar un material adecuado con el que pueda ponerla en práctica, puesto que las posibilidades de hacer realidad una idea dependen del material disponible y de sus propiedades. En el caso de las ondas de rayos X, pronto tuve claro que para ello utilizaría cristal acrílico”.
¿Por qué motivo?
Förster: “La idea inicial era un bloque en cuya parte superior se había de fresar una forma de onda. Para ello no contemplaba el uso de cristal convencional, ya que eso habría supuesto una cantidad de trabajo demencial, resultando mucho más caro que con PLEXIGLAS®, un material que ya conozco de otros proyectos. Además, el cristal acrílico planteaba menos reparos en el tema de la seguridad, en el caso de que hubiera niños jugando, haciendo skate o patinando alrededor de la obra de arte, ya que es mucho más resistente a la rotura que el cristal”.

¿Y por qué no te quedaste con la idea original, empleando un bloque de cristal acrílico?
Förster: “Dentro del marco presupuestario solo habría sido factible un bloque de cristal acrílico con un tamaño demasiado reducido como para entablar un diálogo con la arquitectura. En lugar de un bloque, reduje la representación de la onda a planos de corte, creando así una escultura mucho más grande con menos material. Para realizarla, los especialistas en plástico me recomendaron PLEXIGLAS® fluorescente. Lo realmente especial de este proyecto es que las propiedades del material crean un efecto de iluminación interna en la escultura. Ello produce la ilusión de una onda que fluye, deslizándose por el espacio”.
Aspectos de seguridad
En el interior las ondas también fluyen; la diferencia es que, en lugar de al suelo, estas están fijadas al techo.
Dietrich Förster: “Si se quiere suspender objetos de cristal sobre la cabeza de la gente se requiere una costosa autorización por parte de los organismos de edificación. Este proceso no es necesario con PLEXIGLAS®. El cristal acrílico es resistente a la rotura y puede utilizarse en la mayoría de los casos sin someterse a ningún procedimiento de aprobación”.