Cambio climático: Un invernadero para condiciones extremas
La isla Rey Jorge
Blanca hasta donde alcanza la vista: 90 por ciento de los 1150 kilómetros cuadrados de extensión de la isla se encuentran cubiertos permanentemente de hielo. El resto está compuesto de rocas y en algún que otro lugar crece también un poco de pasto y líquenes. Sin embargo, también en estos inhóspitos lugares viven personas: en la isla Rey Jorge viven temporalmente varios cientos de hombres y mujeres, ya que además de China, también Chile y Rusia han instalado estaciones de investigación en este lugar. Los habitantes temporales de la Antártida reciben sus alimentos gracias a barcos y aviones provenientes de Chile.
En 2050 vivirán aprox. 2.000 millones de personas más. Por eso, el interés por conceptos poco tradicionales para producir alimentos es hoy alto. Con PLEXIGLAS® se pueden construir invernaderos hasta en la Antártida.
Los expertos de las Naciones Unidas estiman que la producción de alimentos deberá aumentar hasta mediados de este siglo en un 70 por ciento. ¿Pero cómo? Un enfoque para solucionar este problema es el llamado Indoor Farming. Según este concepto, los alimentos se cultivan directamente en el lugar donde se necesitan, por ejemplo en plena ciudad. O en medio de la Antártida, en la isla Rey Jorge.
En un invernadero de PLEXIGLAS® Alltop, cerca de la estación de investigación china Base Gran Muralla, crecen desde 2015 y bajo las más extremas condiciones climáticas tomates, pepinos, pimientos, lechugas y distintos tipos de hierbas. El equipo de investigadores puede de esta forma incluso prescindir de parte de los vuelos de suministro desde el continente. Para esto el invernadero debe soportar frío extremo, fuertes vientos y al mismo tiempo permitir el crecimiento de vegetales con una baja intensidad lumínica. Para esto, la estación de investigación Polar Research Institute of China y la empresa Shanghai Dushi Green Engineering han invertido dos años de trabajo. «De todos los materiales que hemos investigado, PLEXIGLAS® Alltop es el material más indicado para el techo del invernadero en estas condiciones climáticas extremas», comenta Le Lu, ingeniero en Shanghai Dushi, quien participó en la construcción del invernadero en la Base Gran Muralla.
Suficiente luz para el crecimiento
"Bajo estas adversas condiciones se pueden apreciar con mayor claridad las ventajas de las planchas alveolares de PLEXIGLAS®."
- Weimin Wang
Project Business Sales Manager en Röhm
Uno de los retos más grandes para el equipo fue construir el invernadero de tal forma que las plantas recibieran suficiente luz para desarrollarse. De hecho, a pesar de que en el verano austral el sol brilla casi todo el día sobre la isla Rey Jorge, el aporte de la energía radiante es, incluso en el verano antártico, muy bajo. La razón de esto es la llamada oblicuidad eclíptica, es decir, la inclinación del eje de la tierra de 23,5 grados en relación con el plano de su órbita en torno al sol. Esta es responsable de que cerca del Polo Sur, los rayos caigan solo en un ángulo muy inclinado y aporten de esta forma muy poca energía. Para la construcción del invernadero se requería entonces un material que fuera especialmente permeable a estos rayos de vital importancia para las plantas. La regla general para el cultivo de verduras dice: uno por ciento más de luz equivale a un aumento en el crecimiento vegetal de uno por ciento.
PLEXIGLAS® Alltop, el cristal acrílico de marca para invernaderos de Röhm, garantiza con su alta translucidez del 91 por ciento que las plantas reciban suficiente luz natural. Las planchas alveolares de 16 milímetros, de las cuales se instaló un total de 600 metros cuadrados, permiten un buen aislamiento y una alta transparencia UV para que las plantas puedan crecer bajo condiciones lo más naturales posibles. A esto se añade algo más: incluso después de 30 años, el material no presenta ningún amarilleamiento visible. De esta forma conserva su máxima translucidez y es especialmente duradero.
Diseñado para resistir vientos de intensidad 10
En la Antártida el clima presenta, además de temperaturas extremadamente bajas, fuertes vientos. El continente está considerado como el más ventoso del planeta. La intensidad del viento 10, es decir, una fuerte tormenta, es el pan de cada día en el continente helado. «Hemos construido muchos invernaderos en todo el mundo. Sin embargo, el proyecto en la Antártida fue para nosotros especialmente interesante», afirma Weimin Wang, quien dirigió la construcción del invernadero de Röhm en la Antártida. «Bajo estas adversas condiciones se pueden apreciar con mayor claridad las ventajas de las planchas alveolares de PLEXIGLAS®».