Contemplar tiburones desde cualquier ángulo
«Es como bucear en las Maldivas».
- Hans Köppen
Director de la Casa del Mar
El acuario de 360 grados de la Casa del Mar de Viena ofrece a los visitantes una vista inolvidable de más de 1.000 peces. El enorme tanque fabricado de bloques de PLEXIGLAS® de la firma Röhm es visible en todo su perímetro.
Los tiburones de arrecife se desplazan por el agua de manera grácil y silenciosa. La vista desde abajo a través de la plancha de metacrilato casi invisible muestra su típico morro ancho y romo. Cuando estos fascinantes habitantes de las profundidades marinas nadan a la altura de nuestros ojos, es posible admirar su silueta característica y la sorprendente punta de su aleta dorsal. Estos rápidos escualos, que a menudo giran repentinamente justo antes de alcanzar la pared transparente del acuario, son las estrellas de uno de los tanques de exhibición más espectaculares de la Casa del Mar de Viena: el acuario de 360 grados.
Este acuario marino es una réplica de un arrecife de coral del Indopacífico. Rodeando el gran tanque de 120 m², los visitantes pueden admirar una gran variedad de peces tropicales. «Es como bucear en las Maldivas», señala entusiasmado Hans Köppen, director de la Casa del Mar. En total, más de 1.000 peces nadan ahí dentro de un lado a otro y se esconden en las numerosas cuevas del arrecife artificial. Del público maravillado solo los separa una plancha de PLEXIGLAS® de 160 milímetros de grosor.
Totalmente incoloro y con una visibilidad sin distorsiones
Metacrilato PLEXIGLAS® en la construcción de acuarios
PLEXIGLAS®, el metacrilato de calidad selecta de la casa Röhm, se utiliza desde hace muchos años en la construcción de acuarios.
Como material de partida para el tanque de agua de 43 metros de extensión se utilizaron bloques de PLEXIGLAS®. El selecto metacrilato de la firma Röhm soporta enormes valores de presión hidráulica y hace posible la obtención de formas tales como túneles o cilindros. Además, es totalmente incoloro y ofrece una visibilidad sin distorsiones. Los fascinantes habitantes de las profundidades marinas pueden así verse en el agua tal como son: grandes o pequeños, con colores llamativos y sin distorsiones de tamaño, turbiedades o matices de color distintos.
En la Casa del Mar, el metacrilato PLEXIGLAS® también destaca por sus magníficas propiedades en el Túnel del Atlántico. Con sus tubos macizos de PLEXIGLAS® de diez metros de longitud y una capacidad del tanque circundante de medio millón de litros, se trata del túnel de acuario más grande de Austria, y ha sido fabricado por la empresa K-tec de la localidad de Radstadt, Salzburgo. El director Thilo Üblagger y sus especialistas cuentan con una larga experiencia y con el equipamiento técnico necesario para la construcción de acuarios de gran tamaño.
Un trabajo milimétrico para la obtención de uniones invisibles
El acuario de 360 grados es el de mayor superficie de la Casa del Mar. Para soportar las 500 toneladas de peso del tanque situado en la séptima planta, en la quinta planta del edificio hubo que instalar expresamente una estructura de acero de 49 toneladas. La vista panorámica también supuso un desafío: los visitantes debían gozar de una vista óptima al interior del mundo marino desde todos los lados, sin molestas vigas metálicas ni zonas de unión visibles. Esto se consiguió gracias al uso de enormes piezas de bloque de PLEXIGLAS®. Estas se unieron mediante un complicado procedimiento que hizo posible obtener unas costuras invisibles dotadas de la misma resistencia que el propio metacrilato.
«El fresado exacto es una condición absolutamente necesaria para la unión subsiguiente de los distintos elementos».
- Thilo Üblagger
Director de K-tec
Las nueve piezas del tanque –la mayor de ellas con más de diez metros de ancho por casi tres de alto– fueron elaboradas en la empresa K-tec. «En procesos térmicos de larga duración, las planchas en bruto se transforman sin dejar huella y a escala milimétrica dentro de unos moldes fabricados a tal efecto por K-tec, para a continuación darles forma mediante un proceso de fresado en 3D en la sala con una precisión de centésimas de milímetro. El fresado exacto es una condición absolutamente necesaria para la unión subsiguiente de los distintos elementos», explica Üblagger.
Bandadas de peces ante un decorado único
La colocación de las enormes piezas individuales en el edificio fue algo impresionante. Para lograrlo, en el animado centro de Viena hubo que abrir parcialmente la séptima planta de la fachada de vidrio del edificio. La ejecución de los trabajos de unión in situ también fue complicada. «Hubo que colocar los dos elementos más largos en el séptimo piso en el momento exacto tras la finalización del techo, antes de que se pudiera continuar con la construcción de las demás plantas. De otro modo no hubiera sido posible incorporarlos», señala Üblagger.
La difícil instalación ha sido un éxito, y Viena goza ahora de una nueva atracción. Los visitantes pueden ver tiburones, rayas y bandadas de peces coloridos cara a cara, lo más cerca posible y desde cualquier ángulo.